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viernes, 7 de marzo de 2014

American Horror Story: The Coven. O la fábula de feministas


AMERICAN HORROR STORY: AQUELARRE DE BRUJAS O FÁBULA DE FEMINISMOS.

De repente en una iluminación preREM he encontrado la solución. Ya sé porqué la cuarta temporada de American Horror Story es tan regulera. No es que los personajes respondan a la típica herramienta simpolona de la narrativa o el cine de personaje como eje de acción. Permitidme este delirio evocativo: cada uno de los personajes, cada una de las brujas no es una persona: es una personificación de un tipo de feminismo, residiendo en la mansión "mujeres", que se encuentra en un mundo machista y patriarcal, al que combaten o en que pretenden sobrevivir.  La lucha por encontrar a la Bruja Suprema es la lucha fratricida en la que a veces incurrimos las feministas descalificando los medios y teorías de otras ola coherencia de teoría y activismo. Ejemplos los tenemos en las diferencias entre legalización y regulación frente a la prostitución y pornografía; las discrepancias entre posfeminismos y feminismos poscoloniales; o el eterno debate entre esencialismo y construccionismo, que tan buenos momentos nos hace pasar.




Del mismo modo los varones, que juegan papeles secundarios, son manifestaciones de estereotipias masculinas. Con el fin de que se vaya entendiendo mi idea, comenzaré explicando estos cuatro personajes:

- Kyle: el rubiales de buen corazón del que se enamora Zoe es reconstruido de entre una amalgama de cuerpos y por ello representa el varón perfecto, con todo lo que hace vibrar a una mujer (esto incluye el malotismo) pero con la cabeza de un hombre igualitario. Es tan igualitario que asume de buen grado estar en segundo plano y que le manduquen mujeres alegremente. Lo malo es que a veces le sale esta masculinidad agresiva y mata más que habla, el chico.

- Spalding: Pertence al grupo de los Hombres Solidarios, no es igualitario pero ha encontrado en los movimientos de mujeres una alternativa de vivir su masculinidad no-hegemónica de una manera que el patriarcado le impide. Ese hombre sensible que dice Kimmel. Si no habla es porque si por él fuera le diría a las mujeres cómo dirigir el cotarro. (cuidado spoiler) De hecho, en cuanto recupera el verbo que Dios le otorgó a los hombres, se remanga y se pone a arreglar las cosas como buenamente puede. Como es una serie de terror, va a ser más bien matando que comprando flores.

- Hank Foxx: Siendo el Marido de Cordelia, una de las brujas principales, resulta ser el hombre machirulo con piel de cordero. Machista hasta la médula pero piensa (como la mayoría de la población) que eso del machismo es cosa del siglo pasado y que con él no va la cosa. Pero se ve claramente ese afán de proteger a quien no se lo pide y a traición. Pobre Cordelia, le pasa como a todas, que se va con el guapo a pesar de que era el chulito de la clase. A éste tampoco le importa coger un arma y liar un festival de sangre.


- El Hombre del Hacha: Este no tiene mucho misterio. Como buen machirulo de telefilme de terror le gusta matar mujeres, poseerlas y tener una sensibilidad masculina un tanto asesina. Y mucha sangre, que no falte. Es el machista clásico y puede que eso le de el aire masculino que hace que alguna se enamore de él. Y como buen hombre masculino tradicional necesita de una mujer que le complemente.




Ya entramos con las mujeres de la serie. En esta casa los feminismos se ven obligados a convivir protegiéndose del patriarcado que intenta eliminarlas como simple disidencias anti-sistema. Pero son mucho más que unas anti-sistema cualquiera, son anti-sistema-sexista. Cada una de las protagonistas representa, entonces, un tipo diferente de feminismo siendo:

- Cordelia: Qué decir de Cordelia. Esta mujer que está ciega al patriarcado. O más bien se ve obligada a quedarse ciega a la socialización patriarcal, que pide el el status quo para no generar conflicto. Afortunadamente, se da cuenta de que para obtener una igualdad ha de ser ciega a las estructuras patriarcales, que le dicen que no luche, que ya estamos bien así. “Nunca has sido una de nosotras porque te casaste con el machirulo ese de tu marido”, “duermes con el enemigo”, le recrimina su madre. Le respondería:
“Mujer, es que los más guapos acaban siendo los más machistas, si al menos fuese lesbiana...”

- Zoe: Es la chica que no sabe de que va eso del feminismo, que ni se considera feminsta pero que tiene claro que la igualdad efectiva entre hombres y mujeres es una lucha justa y necesaria. Claro, es de estas chicas acomodadas que al no haber salido de la universidad piensa que no ha sentido nunca la discriminación en sus carnes. Puede parecer pánfila, a veces, pero la razón es que está impresionada al ver la magnitud que adquiere la vida al ponerse las gafas moradas.
"Una mujer puede hacer lo que quiera hoy en día... bueno, a lo mejor ganamos menos que los hombres".

- Myrtle: Es, claramente, el feminismo académico. Ella representa ese feminismo que se basó en las mujeres de movimientos alternativos en los 60 y 70 pero que tuvieron acceso al reconocimiento y a la academia. Por lo tanto ahora son esas feministas bien situadas y doctrinarias que ya lo han luchado todo pero no saben lo que es vivir en un piso de 50 metros cuadrados.
"Pero cariño, ser feminista no quiere decir que tenga que renunciar mis bolsos de Loewe".


- Misty Day: Es la wicca  herederas del espíritu de libertad de las hippys de los 70. Fue de las que descubrió que el amor libre lo es sobre todo para los hombres, que no se quedan embarazados y si te he visto no me acuerdo. Fuerte inspiración para las brujas como mito brujeril es también la inspiración de toda posible WITCH por libertad y autoemancipación. (Atención spoiler) acaba huyendo del machismo, materializado en escopetazo patriarcal que la quiere poner en su sitio. Como buena feminista anarquista y libre acaba anulada por culpa de las pruebas que le somete la incorporación a un grupo institucionalizado. Alegoría del hambre de modelos de las estructuras sociales.
"¿En serio te vas a comer el cadaver de un animal?".

- Madison Montgomery: Es la víscera, el puñetazo, la hemorragia (bromilla) de las feministas activistas. Constituye ella sola a todas aquella asociaciones en activo como las Pussy Riot, Femen, Witch y tantas otras que pasan de victimismos y de estereotipos de dulce feminidad. No es entendida por el resto de feminismos pues tanto la ven reproductora de sexualizaciones femeninas, como violenta masculinizada, fuera de la ética, o renegada de las estrategias intrasistema. Pero ella asume su c*ño y lo usa como mejor le viene en gana.
“Qué me violas, pues te tumbo el buseto y a otra cosa”

- Delphine LaLourie: Manifestacion demoniaca del feminismo colonialista. No tiene mucha relevancia en la serie pues todas las aportaciones teóricas de este feminismo o se han visto desfasadas, integradas en nuevos movimientos o se han asumido dentro del humanismo más básico. Sigue pudiendo ser personificada porque es necesaria como sujeto de críticas y de desmembramiento como pelele. Ejemplar de la importancia de la transversalidad de clase, etnia y género.
 "Las mujeres de clase tenemos los mismos derechos que los varones pues heredamos de nuestros progenitores las mejores maneras y capacidades".

- Fiona Goode: La mala. Ésta pasa del feminismo. Sin embargo resulta ser la cabeza visible para el resto de la sociedad. Para  desgracia del resto de mujeres, del conjunto de feminismos, representa la alternativa al machismo. Es la mujer sociópata que de casualidad acaba de hembrista. Razones no le faltan: una sociedad patriarcal que la ningunea si no es cambio de masculinizarse, un machismo que la amenaza a su integridad y su poder en cada esquina, y unos machirulos que o te los cargas o no te toman en serio.
"Si hace falta me cargo a éste para desde la presidencia regional y ya veremos en qué presidencia termino".

- Queenie: a ella le toca el papel de los feminismos negros o feminismo poscolonialista. Pero a la pobre la educaron en el seno mismo del occidente más capitalista y despiadado. Lo que le causa confusión. Si tiene claro que como personificación del feminismo ha de cuidarse mucho del patriarcal entorno y machirulos mata-brujas. Pero no termina de casar teóricamente dentro del posfeminismo y el feminismo radical. Le pesa es el consumismo materialista que hace mover el sistema. Se va a un lado, vuelve al confort occidental,… Que si el velo es una opción, que si es la visibilización del patriarcado, que si lo que cuenta es la etnia, que si la dominación es universal, …
"Vosotras no os dais cuenta de la problemática de las mujeres negras. No sé que hago en esta asociación".

- Marie Laveau: El feminismo poscolonial crítico puro. La opresión patriarcal le parece fatal pero que vengan a decírselo unas señoritingas, al tiempo que le sacan toda la plusvalía que pueden, no le hace mucha gracia.  Tiene muy claro que tanto al patriarcado como a capitalismo y no se le escapa que es capitalismo se sostiene tanto en las mujeres como en la explotación del tercer mundo. Claro, que si hay que aliarse con otros feminismos para un mal mayor se hace.  ¡Ay, no te fíes Marie! ¡Qué a las ricas les gusta más una explotación que a ti una conciencia de clase!
“No me conceptualices que al patriarcado (y la dominación racista) ya le voy combatiendo yo a mi manera, gracias. 

- Nan: es la feminista sin pretensiones que se conforma con llevar una vida cotidiana, sin torturarse demasiado por las disonancias de su ideología igualitaria y la realidad social. Pone su granito de arena día a día, sin aspavientos. Poco a poco se va dando cuenta de que aquí cada cual quiere llevar la voz cantante en eso de lo que significa ser feminista. Por su puesto prefiere que su visión amable prevalezca sobre los egos enormes de otras mujeres que generan tensiones. Por desgracia hace falta mucha ambición para que las gente normal lleguemos a despuntar entre tantas figuras poderosas.
"Deja de ser una estúpida egocéntrica, quieres, así podremos empezar a llevarnos bien".



Por no arriesgar a desvelar el final no abundaré en el climax de la serie que pasa, igual que los capítulos, a ser más interesante si se mira desde este código delirante que acabo de proponer. 

J. V.

lunes, 16 de septiembre de 2013

CRÍTICA A LA CRÍTICA POSFEMINISTA.

La crítica a la crítica posfeminista del feminismo colonialista.

El hecho de la colonización es histórico y sin cuestión. Los países Europeos en su crecimiento compitieron entre si, principalmente durante el XIX, a costa del resto del mundo. Y de aquellos barros estos lodos. 

Si en el periodo histórico actual aquellos paises "colonizados" se manejasen desde las potencias económicas bajo un régimen de no injerencia, limitando la influencia externa hacia sus costumbres autóctonas para preservar la pureza de su cultura, cual nave espacial Enterprise en búsqueda de nuevas fronteras en el universo frente a mundos vírgenes y no avanzados (nótese la ironía). En este caso tendría pleno sentido la crítica a la imposición cultural que representa el feminismo occidental, vindicado en dichas culturas por medio de portavoces occidentales u occidentalizados. Del mismo modo se podrían criticar la extensión de derechos infantiles, derechos laborales, acceso a educación universal, igualdad legal, etc.

Por desgracia la influencia en los países "colonizados" por parte de los colonizadores se produjo y se produce previamente en múltiples dimensiones muy alejadas de los Derechos Humanos. Esta influencia se produce sin una sonora crítica desde los grupos injerentes y los adyacentes a éstos. Se interfiere en otras culturas por la vía del sacro santo Mercado regulador que ha sustituido progresivamente a la voluntad divina, presente previamente en Europa. La invisible mano del Mercado es más una invisibilización de los hilos de los actores que mueven sus dedos mercantiles. 

Las relaciones laborales desigualitarias, el expolio de los recursos de los países y su mano de obra y la, ya mencionada, espectral mano del consumismo vehiculado por el entretenimiento audiovisual internacional y demás productos de consumo generado por una industria ante cada individuo del planeta está desprotegido en relación de uno a grupo industrial.

El efecto intoxicador de la cultura occidental permea la práctica totalidad de las culturas. Pero no antes sin haber infectado la población "del primer mundo" en su totalidad desde las lógicas del mercado y las conveniencias de los grupos de poder. Con la experiencia acumulada, por el bien del saneamiento económico global y del mecanismo mercantil capitalista,  que tengan algo que ofrecer a las grandes fortunas transnacionales, llega después al resto del mundo.

Por el contrario, las técnicas redistributivas, las dinámicas socialistas/comunistas o la universalidad de los derechos fundamentales reciben las críticas de los más reaccionarios preservadores de la pureza cultural a la "el buen salvaje". Estás críticas cuando nacen en el seno de los grupos de ayuda social son bien recibidas por las élites económico/poíticas más vampíricas que, por el contrario, nunca cuestionan sus intereses desde dentro. Estas críticas a la no imposición de derechos desde el colonialismo son toleradas por las grupos de nueva izquierda. Éstos ya no saben si el comunismo era bueno o malo y si los derechos humanos deben ser universales o solo para los que han pasado por siglos de muerte y opresión para descubrirlos o si el pañuelo es una imposición patriarcal (solo afecta a las mujeres) o un rasgo cultural, machista sí, pero culturalmente machista (tan machista como una buena parte de electores). Y aún ahora no terminan de divorciarse del patriarcado cultural que mancilla nuestra herencia cultural. 

En última instancia el colador cultural que suponen las fronteras deja el libre acceso necesario a las dinámicas capitalistas, por el bien económico global de unos pocos, pero se critican los Derechos Humanos por universales, por ser de origen occidental, porque para acceder a ellos se ha de pasar por siglos de aberraciones humanas y vejaciones de unos estamentos sobre otros. Si el evolucionismo cultural dice que para llegar a la penicilina se ha de morir varias veces dos tercios de la población, entonces guardemos los medicamentos como tesoros y dejemos que "el otro" lo descubra en su momento. 

Pero en el caso de los derechos de las mujeres es más problemático. Los derechos humanos no terminan de ser una realidad consolidada en occidente, en un occidente cada vez más cercano a la cultura estamental del XVIII. Los derechos de las mujeres no han empezado siguiera a contemplarse como una realidad y su cuestionamiento más allá de las fronteras occidentales es apoyado por lo más radical del patriarcado desde el interior y desde el exterior. 

Toda crítica posfeminista a los proyectos feministas, que, recordemos no se han llegado a asentar en la sociedad, son acogidos con los brazos abiertos por el perfectamente asentado patriarcado dentro y fuera de las fronteras occidentales. 

Podemos imaginar perfectamente a esos poderes capitalistas, tan patriarcales, celebrando cada disensión interna de los movimientos de cambio social. Celebrándolo con botellas de bebidas de precios con los que que una persona de clase media podría pagar la universidad de sus hijos y/o hijas. 

Yo, por mi parte, seguiré apoyando cada proyecto de la modernidad que traiga justicia social para mi y para cualquiera, aún si no ha sufrido décadas de franquismo, las cruzadas o la Santa Inquisición.

Jose Vela.